René Fuentes

La mano que el perro llevaba en la boca

René Fuentes, La mano que el perro llevaba en la boca, Eolas, 2017, 188 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2017.

Esta obra de René Fuentes en una preciosa descripción del ambiente posrevolucionario en una pequeña ciudad del oriente de Cuba. Nostalgia de la infancia y la adolescencia, frustración por la libertad truncada, crítica al régimen castrista, ternura y apología de la gente sencilla son los temas principales de esta obra dotada de gran humanidad. El lector se ve atrapado de inmediato por las voces de los personajes y su fino sentido del humor, por la manera de exponer los temas y por la forma de criticar la dictadura cubana desde el punto de vista del pueblo.

La historia está basada en la muerte de la niña Lilian Ramírez Espinosa, que conmocionó a la localidad de Bayamo y a toda Cuba a mediados de mayo de 2010, y cuyo impacto se prolongó con las investigaciones policiales y el juicio hasta finales del año siguiente. Con este suceso como hilo conductor, Fuentes estructura una novela testimonio, con matices de neorrealismo y realismo social-crítico, compuesta por dos tramas. La principal se desarrolla en los capítulos impares, ocupa un cuarto de la novela y está narrada en primera persona por el protagonista (Nandito), que nos cuenta cómo y por qué se decidió a escribir sobre la muerte de la chica; la secundaria ocupa las tres cuartas partes restantes, se desarrolla en los capítulos pares y tiene varios narradores que también ejercen de personajes (un ejemplo de narrador poliédrico muy bien resuelto) que entran en escena con la noticia de la concesión al protagonista de un premio literario en España. Aunque ambas tramas se exponen desde el principio y se entrelazan por el avance de los capítulos, también es posible leer primero la principal y luego la secundaria. De esta forma, la percepción de la novela en su conjunto adquiere una intensidad diferente, muy especial.

La musicalidad del título nos revela al Fuentes poeta, y el uso de varios narradores y sus recursos nos habla del novelista que conoce muy bien el oficio de escribir. No hay personajes planos o esteriotipos de manual. Intervengan poco o mucho, tienen personalidad, están bien dibujados y son el resultado de años de lecturas y observación. El autor lo sabe todo sobre ellos, pero tiene la educación y el buen gusto de contar solo lo necesario para el desarrollo de la novela. Los americanismos que salpican el texto no afectan a su comprensión por parte del lector español medio, sino que le permiten disfrutar de la enorme riqueza léxica que compartimos todos los hispanohablantes.

El espacio narrativo durante la mayor parte de la novela es un barrio humilde de Bayamo, la pequeña localidad del oriente cubano donde todo ocurrió y nada bueno pasa. La vida de los personajes se desarrolla, en uno u otro momento, en dicha ciudad o en sus alrededores, con la vía del tren como frontera que separa la zona antigua de la ciudad, bonita y limpia, de los barrios, lugares de casas bajas y humildes, calles de tierra y pocos servicios. Los espacios son descritos como partes del escenario con ligeras pinceladas, sin demorarse en exceso, pero dando la información necesaria para que el lector se haga una idea precisa del entorno.

Es bien sabido que no hay escritor que, de una u otra forma, no hable en sus obras de sí mismo, y en este caso Fuentes no es una excepción. Los personajes de Nandito y Camilo, ambos hermanos, son un trasunto suyo. El primero representa al escritor entregado por completo a su oficio y su pasión, al hombre para quien solo la palabra importa; el segundo, al profesional que abandonó Cuba al ver frustrada la «ilusión de todo eso para lo que nos prepararon, pero no nos dejaron ser». Una demoledora crítica a un sistema fracasado que plantea desde hace años a la juventud cubana una terrible disyuntiva: elegir entre la emigración o la jinetería.

La novela coincide en ciertos aspectos con la última de Ivan Jablonka, Laëtitia o el final de los hombres (Anagrama, 2017; Premio Médicis y Premio Le Monde 2016), basada en un monstruoso suceso ocurrido en los alrededores de la localidad francesa de Pornic a mediados de enero de 2011: la violación, el asesinato y el posterior descuartizamiento de la joven de dieciocho años Laëtitia Perrais. Ambas obras nos permiten contemplar en toda su crudeza la sordidez, la inoperancia y la podredumbre de unos sistemas que parecen sólidos y perfectos, pero que fueron incapaces de romper las respectivas cadenas de errores y horrores que condujeron en cada caso a las terribles muertes de dos muchachas. Por otra parte, se percibe la deliciosa influencia de Paradiso en ciertos detalles, como la narración de la infancia y la adolescencia de un escritor que se confiesa poeta, un sincero homenaje del autor a su compatriota Lezama Lima. También encontramos alguna semejanza entre Nandito y el Jaromil de La vida siempre está en otra parte, de Kundera. Finalmente, en lo que respecta a la política, quienes hayan leído La fiesta vigilada, Antes de que anochezca o Las iniciales de la Tierra, entre otras novelas que denuncian el castrismo, encontrarán en esta un punto de vista diferente y complementario.

René Fuentes Gómez (Bayamo, Cuba, 1969). Poeta, narrador y dramaturgo cubano. Se graduó en la Escuela Nacional de Teatro de Cuba en 1990. Actualmente, colabora en revistas culturales y en certámenes literarios en varios países de Hispanoamérica, y es profesor de Expresión Oral y Escrita en la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay, centro que en 2002 le otorgó el Premio a la Excelencia Docente. Desde 1996, reside en Uruguay. Como novelista, ha publicado Las trampas del paraíso (Fin de Siglo, 1996), La ida por la vuelta (Fin de Siglo, 1998), El mar escrito (Fin de Siglo, 2006), Premio Nacional de Literatura de Uruguay 2004, Noveno círculo (Fin de Siglo, 2011) y La mano que el perro llevaba en la boca (Eolas, 2017), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón. Como poeta, ha publicado Los gallinazos (Casa editorial Abril, 1996), Premio Abril 1994 y Premio Pinos Nuevos 1995, otorgado este por el Instituto Cubano del Libro, Una oscura pradera va pasando (Vintén, 2000), Postales que nadie pedía (Artefacto, 2004), Silbidos dispersos (Estuario Editora, 2009), Premio de Poesía de la Intendencia de Montevideo, Caballo que ladra (Banda Oriental, 2014), Premio de Poesía Juan Carlos Onetti 2013 y Premio Nacional de Literatura de Uruguay 2016, y Guitarra del mesón (Devenir, 2016), Premio de Poesía Blas de Otero-Villa de Bilbao. En cuanto a su labor como dramaturgo, en 1994, ganó el Premio Abril por La bufanda, publicada el año siguiente, y fue finalista del Premio de Teatro Breve 2009 con Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos.

El texto de esta reseña puede ser utilizado bajo la licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0) de Creative Commons. Por ello, el autor reconoce a todo aquel que lo desee el derecho a reproducirlo, con la condición de que se cite expresamente a Errata Loca como sitio original de la publicación. Asimismo, niega a cualquier entidad o asociación autoridad alguna para cobrar por dichas reproducciones a las personas o entidades que así lo hicieran.

MRY

Wassalon, Salvador J. Tamayo, Eolas.

Wassalon

Salvador J. Tamayo, Wassalon, Eolas, 2016, 118 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2016.

Wassalon, Salvador J. Tamayo, Eolas.La novela, narrada en primera persona, se desarrolla en Gante, tras los atentados islamistas en la sala Bataclán de París y el posterior cerco a los terroristas en el barrio bruselense de Molenbeek, y el mismo día del atentado en el aeropuerto de Bruselas y en la estación de metro de Maalbek. Comienza con el hallazgo del cadáver de una chica en una lavandería pública (cuyo nombre da título a la novela), dentro de una lavadora; no hay concesiones a lo políticamente correcto. El autor —a quien le interesa «buscar lo extraño dentro de lo cotidiano», y es de justicia reconocer que, con esta novela, lo consigue plenamente— ha leído mucho y bien, y eso se nota. Las descripciones, tanto de las situaciones y el entorno como de los personajes, son rápidas y concisas, sin atisbo de pedantería, y están narradas de manera suave, amable, sin importunar al lector.

La obra captura la atención sin reservas, desde el principio, y obliga al lector a estar pendiente de toda la trama argumental, en la que se entrecruzan, se abandonan y se vuelven a tejer los hilos de cada personaje para, llegado el desenlace final, volver al comienzo de la obra. Como presidente del jurado, Salvador Gutiérrez destacó «su actualidad y frescura», así como el hecho de ser «un relato vivo, casi periodístico, una historia muy bien contada en la que se establecen nexos entre los personajes para contar sus vivencias».

Salvador J. Tamayo Chica (San Fernando, 1986) estudió en Cádiz y en Florencia. Es licenciado en Historia y máster en Estudios Hispánicos. Fue becario de la novena promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, dirigió la revista de actualidad cultural, social y política GRUNDmagazine y ha escrito en Granite & Rainbow, Panfleto Calidoscopio, eldiario.es y Periódico Diagonal. Reside en Gante. Es autor del libro de relatos Salitre (edición digital en Amazon) y de Wassalon (Eolas, 2016; edición digital en Amazon), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón.

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MRY

Sacrificio, Alberto R. Torices

Sacrificio

Alberto R. Torices, Sacrificio, Gadir, 2015, 168 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2015.

Sacrificio, Alberto R. Torices, Gadir.Esta novela, que nació en el verano de 2007, habitó un cajón durante años y reclamó de su autor relecturas y reescrituras sucesivas, es un texto hermoso, trabajado con pulcritud de orfebre, una obra íntima que destila la cantidad necesaria de ternura y dolor para tratar un tema sencillo y convencional, como sencilla y convencional —en palabras de su autor— es la vida de los «adolescentes, esas pobres, turbulentas, agobiadas criaturas que fuimos todos y quizá seguimos siendo un poco». El jurado de la Fundación MonteLeón consideró que esta novela corta tiene «el interés de una narración fresca y lineal, sin trucos y nada barroca, que revela a un escritor con formas y oficio para seguir contando historias».

El protagonista es «el chico», uno de los dos personajes que no reciben un nombre; el otro es su madre. Para él, la vida discurre tranquila, monótona, sin demasiados altibajos, pero eso cambia el día en que conoce a Diana, una muchacha muy especial que pasa las vacaciones en compañía de su madre en una casa cercana. Durante el verano y en el umbral de la adolescencia, el protagonista se ve abocado a vivir una experiencia que lo convertirá en un ser intensamente emocional, enfrentado a dilemas hasta entonces desconocidos para él.

El autor transmite de manera limpia y elegante la idea de que el crecimiento no es otra cosa que la dolorosa reacción ante los estímulos y retos que ponen a prueba nuestra capacidad para responder. Para ello, utiliza la adolescencia como metáfora que explica las batallas que libramos en los momentos más difíciles de nuestra vida, y cuyo resultado, en la mayoría de los casos, supone el sacrificio de otra persona.

Alberto Rodríguez Torices (Guernica, 1972). Es licenciado en Psicología, y actualmente trabaja como corrector de textos y diseñador editorial autónomo. Ha publicado El amanuense (Revista Camparredonda, 1, 2000), Premio de Cuento Ateneo Cultural El Albéitar 2000, Una dulce absolución (Patronato Municipal de Turismo de Peñíscola, 2002), Premio de Relatos Breves Ciudad de Peñíscola, la selección de relatos breves Yo, el monstruo (Ediciones Leteo, 2002),  la novela corta Piel todavía muy blanca (Instituto Leonés de Cultura, 2004), Premio Tierras de León, la colección de cuentos Los sueños apócrifos (Camparredonda, 2009), Mi profundo sur (UNED, 2010), Premio UNED de Narración Breve 2009, Sacrificio (Gadir, 2015), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón, y la colección de relatos Trata de olvidarlas (Trea, 2017). Fue miembro del equipo editorial de las revistas Otras voces y The Children’s Book of American Birds, y actualmente colabora en la sección de reseñas literarias de la Revista Cultural Tarántula. En 2017, gana el Concurso de Relatos La Puerta de Tannhaüser, convocado por la librería placentina del mismo nombre, con la obra La vida, profesor.

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Seducciones, Roberto Vivero, Gadir.

Seducciones

Roberto Vivero, Seducciones, Gadir, 2014, 180 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2014.

Seducciones, Roberto Vivero. Editorial Gadir.En esta novela (cuyo título original era Violaciones) no encontrará el lector las formas y maneras de la literatura más comercial. Por el contrario, su lectura le sumergirá en una obra diferente, atractiva y emocionante, poblada por descripciones afortunadas y bellas imágenes literarias, y salpicada aquí y allá por nuevos términos que fingen ser erratas. Un audaz ejercicio literario que se lee de un tirón, a pesar de no tener ni un solo punto: ni punto y coma, ni punto y seguido, ni punto y aparte, ni puntos suspensivos, ni punto final. La misma frase: «y, por lo tanto,»  abre y cierra la obra, lo que da al texto un sentido circular atractivo e inquietante.

La trama es bien sencilla: unas vacaciones en una pequeña isla tropical sirven de escenario para una serie de personajes anónimos que rodean al protagonista, cuya conciencia es la que habla al lector. Todo lo que acontece está influido por la actitud vital de esos personajes, que no pueden ser más indiferentes, indolentes las más de las veces, y que llevan una vida simple y hedonista, sin más interés que el aquí y el ahora, pues en el complejo residencial en el que se alojan tienen «todo lo necesario para no necesitar nada». Tanto ellos como sus acciones permanecen difusos, y el lector camina por este universo de la mano del protagonista-narrador entre lo cierto y lo soñado, entre lo real y lo onírico.

Roberto Vivero Rodríguez (Neda, 1972) es licenciado en Psicología por la Universidad de Salamanca. Ha publicado Sotierra (Baile del Sol, 2005), Las fieras (Baile del Sol, 2009), Hello Goodbye (Bruño, 2012; Klett, 2012; Dinero, 2013), Cáncer de piel (Ediciones Oblicuas, 2014), Premio de Narrativa Ediciones Oblicuas, y Seducciones (Gadir, 2014), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón. Asimismo, ha colaborado con reseñas, traducciones, textos creativos y de investigación en Revista de Occidente, Factótum, Observaciones Filosóficas, Eikasia, Cuadernos del Matemático y El Crítico, entre los que cabe destacar Nietzsche entre los filósofos, El caso Cosima Wagner y Nietzsche y el ajedrez.

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El teatro de la luz, Juan Vico, Gadir.

El teatro de la luz

Juan Vico, El teatro de la luz, Gadir, 2013, 172 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2013.

El teatro de la luz, Juan Vico.La novela se desarrolla en la Barcelona de los felices años 20 del siglo pasado. Mauricio, su protagonista, es un joven escéptico y descreído cuya única pasión es el cine. Por casualidad, conoce al director Emilio Ciret, quien aspira a sacar del pantano de aburguesamiento en el que se encuentra a este arte nuevo que considera ya anquilosado. Para ello, pretende llevar a la pantalla esa ciudad cuya existencia la buena gente conoce, o no, pero que, en cualquier caso, no desea ver: los bajos fondos, el hampa, el crimen, la prostitución, todo lo sórdido y vulgar que la burguesía barcelonesa de entreguerras rechaza. Como expresión de su profundo amor por el séptimo arte, Mauricio, además de amigo de Ciret, se convierte en su guionista y su ayudante. Entre ambos desarrollan un gran proyecto, que deben cancelar a causa de un asesinato.

Los personajes de Vico —en palabras de Agustín Calvo Galán— son perdedores, aunque libres, están recreados en ambientes agrios y sórdidos, y, por encima de todo, buscan lo no convencional. Esta novela se aparta de los caminos trillados y los lugares comunes de la narrativa española más actual. Los protagonistas pretenden habitar en dos mundos que se excluyen mutuamente: la burguesía, por un lado, y los ambientes más bajos y turbios, por otro. La novela va más allá del género negro al recorrer de manera brillante, experimental en algunos momentos, la relación entre el cine, la literatura y la vida.

Juan Vico (Badalona, 1975). Licenciado en Comunicación Audiovisual y máster en Teoría de la Literatura. Ha colaborado con diversos medios de comunicación y ha sido redactor jefe de la revista literaria Quimera. Es autor de las novelas Hobo (La Isla de Siltolá, 2012), El teatro de la luz (Gadir, 2013), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón, y Los bosques imantados (Seix Barral, 2016). Su primer libro de relatos, El claustro rojo (Sloper, 2014), le valió el Premio Café 1916. Ha publicado también tres libros de poesía: Víspera de ayer (Pre-Textos, 2005), Still Life (UAB, 2011) y La balada de Molly Sinclair (Origami, 2014).

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La variable humana, Rodrigo Martín Noriega, Gadir.

La variable humana

Rodrigo Martín Noriega, La variable humana, Gadir, 2012, 130 páginas. Este libro fue galardonado con el Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2012.

La variable humana, Rodrigo Martín Noriega. Editorial Gadir.Esta novela, ambientada en Londres, fue considerada por Luis Mateo Díez «un trabajo sorprendente, inquietante y complejo», y el jurado del Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón destacó que era una obra que, «de forma amena, plantea ese tema tremendo de qué somos y cuál es nuestro destino, cómo nos movemos en la vida y a qué leyes responde lo que nos sucede».

A John Farrell, el protagonista, un joven genio matemático, le obsesiona la idea de que podamos influir en el desarrollo de la vida a través de nuestros actos, y está decidido a explorar los límites de esa ciencia que puede explicar el mundo. Echando mano de ella, el protagonista consigue emular a Chopin, con magníficos resultados, pero quiere ir más allá, y se pregunta si hay algo que no puedan explicar las matemáticas y la lógica, y hasta dónde puede llegar el ser humano con ellas.

El permanente conflicto entre el destino previamente definido y el libre albedrío conforman el tema central de esta novela apasionante, en cuyas páginas podemos disfrutar con la ciencia, la música y la filosofía. El lector se ve atrapado de inmediato por un relato brillante y ágil que interroga a la vez sobre el verdadero sentido de la libertad, el destino y los límites del ser humano para controlarlo.

Rodrigo Martín Noriega (Valladolid, 1976) es licenciado en Historia del Arte y especialista en Teoría y Estética de la Cinematografía. En 2005, comenzó su carrera docente en el Instituto Claudio Sánchez Albornoz de León como profesor de enseñanza secundaria de Geografía e Historia; actualmente, reside en Tudela de Duero. Se define a sí mismo como un «profesor que escribe» y un «contador de historias». Entre otros galardones, ha recibido el premio del Certamen Nacional de Cuentos Noche de San Juan, en Velilla del Río Carrión, dos años consecutivos el Premio Villa de Colindres y publicado La variable humana (Gadir, 2012; edición digital íntegra y corregida en Amazon, 2017), Premio de Novela Corta Fundación MonteLeón 2012, Relatos de las demás cosas (Editora Azul, 2016), Premio de Narrativa Miguel Delibes 2017, y La estación de los vientos (Editora Azul, 2017).

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